¡Día de las Madres!

La maternidad es el mayor acto sagrado de la vida. Se considera que lo sagrado aquí es lo que responde a las leyes universales. Dar la luz a una vida, es literalmente traer la «mater», materia, un alma. Y, a esa alma que hizo el servicio delicado de ofrecer su cuerpo para el encuentro de la luz en la materia, llamamos MADRE.

Puede que esa madre nos acompañe toda la vida, o una buena parte de ella, ayudándonos a modelar la experiencia en Gaia, que también es una gran madre que nos acoge …

Puede que haya partido muy temprano, dejando temporalmente su función de formadora, y echamos nuestras vidas a la orientación de otras madres psíquicas.

Puede haber entregado a los cuidados de otros por no tener condiciones de acompañarnos más y otras madres de «corazón» nos acogieron.

Cualquiera sea el destino o la experiencia trazada, el servicio de dar la luz, de ofrecer su vida para hacer posible nuestra vida física, es esa alma a quien más debemos y necesitamos honrar por su servicio. ¡Y sólo podemos pagar nuestra deuda haciendo algo bueno con nuestras vidas!

El día de las madres no sólo celebramos con una persona humana imperfecta nuestra vida, sino también con todas las abuelas que se resuenan a través de ella y que hicieron posible la perpetuación de la vida; ¡celebramos recibir esa Vida en nosotros!

Donde ustedes estén mamá y abuela, mi linaje femenino, reciban mi profunda gratitud y la certeza de que en su honor haré algo muy bueno con mi vida y pasaré adelante la fuerza de ese amor que recibí y me permitiría que me nutrir.

¡Feliz día a todos nosotros, madres e hijos por el servicio a la Vida!

 

Graciela Rozenthal