La «Conciencia Primitiva»

La «conciencia primitiva» es dual: perpetuador-víctima; culpable-inocente; la mala conciencia y la buena conciencia. Y así, nuestro mundo de guerras se perpetúa con la venganza de las víctimas que así se convierten en perpetuadores. Y ese proceso se repitió al infinito. Culpa y expiación, juegos mortales de la conciencia arcaica.

La compensación en los sistemas es automática. Regula el equilibrio, la homeostasis.

Cuando no se equilibra un daño en el sistema, el perpetuador deja pendiente asumir culpa, si se responsabiliza y / o la víctima la voluntad de venganza.

Así, los descendientes cargan esa culpa, esa venganza, en algunos casos ambas (esquizofrenia-autismo).

En el trabajo sistémico, que se dirige a la unicidad y la vida, perpetuador y víctima necesitan reconocerse.

La víctima compensa el daño sin entrar en la «buena conciencia» de la venganza o en la superioridad con desprecio al perpetuador. Se permite ser menos mal, con un revanchismo menor. Y al final, acepta el destino y se desata de su conexión de odio por el daño recibido.

El perpetuador compensa asumiendo y reparando el daño cometido, a cambio de la expiación de la culpabilidad.

Saliendo de la conciencia arcaica, los descendientes quedan libres de la maraña mortal, y van a la vida.

 

Graciela Rozenthal