Vínculos de Destino

Recientemente, en una de mis reuniones en el campo de trabajo, sacó a la luz las situaciones con riesgo de muerte, enfermedades como el cáncer y las depresiones, y su implicación sistémica.

Se observó lo que Bert Hellinger llama vínculos de destino en el campo familiar.

En ellos, en un nivel bien inconsciente, los miembros asumen enfermedades y se orientan a la muerte, en lugar de sus padres o hermanos, para dividir el dolor, acompañar en la muerte o por lealtad a los vínculos.

Se trata de un amor trágico, que enreda a los miembros a otros que tuvieron destinos funestos (hermanos muertos prematuramente, miembros olvidados, excluidos o disminuidos, enfermos, padres prematuramente fallecidos).

Cuando la dinámica oculta de ese amor trágico que enferma viene a la superficie, y ese amor se revela, es él mismo quien conduce a la curación como la fuerza que auxilia a permanecer y escoger la Vida.

Ante las muertes de los que nos son caros, existe un luto malo, que no acepta el destino y se vincula con la muerte, y un luto bueno, que une, que hace ligera y acepta la Vida tal cual es.

Esta aceptación ya es el amor que libera. Para estar en él dejamos de ser el niño mágico heroico que todo puede y nos transformamos en aquellos cuyo único destino es honrar la Vida recibida, tal cual es.

 

Graciela Rozenthal